FeSMC-UGT advierte del oportunismo de algunas empresas para forzar EREs en la actual coyuntura

Ante la avalancha de procedimientos de despido colectivo, que están teniendo especial y grave incidencia en las actividades vinculadas al macrosector Servicios de nuestro país, en FeSMC-UGT se refuerza el llamamiento a la responsabilidad de los partícipes.

Por ello, desde la Secretaría de Acción Sindical y Comunicación, con el aval de la Comisión Ejecutiva Federal de FeSMC-UGT, se ha elaborado el documento de «Directrices para los Sectores de FeSMC-UGT en los procedimientos de despido colectivo», para que siga lo indicado por toda la estructura de los sectores productivos afectados.

Se trata de lograr las mejores condiciones y los menores daños tanto a los sectores de actividad, como al conjunto de la sociedad. Nos encontramos en estos días ante una realidad muy distinta. En cada crisis económica, aunque ésta se origine por una pandemia, se pone de manifiesto la tentación de ciertos empresarios de aprovechar las circunstancias para dar una vuelta de tuerca, siempre a su favor, a la “productividad”, o mejor dicho a las cuentas de resultados futuras. Se pretende reducir las plantillas y que el aumento de la carga de trabajo sea asumido por el trabajador/a con la consecuente presión/miedo de que su negativa podría poner en riesgo su puesto de trabajo.

Nuestra primera alternativa continúa siendo el expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). Se ha acreditado como un instrumento valioso para reducir los daños ocasionados por la Covid-19 tanto en la economía como en el empleo.

Desde FeSMC-UGT no vemos ninguna justificación para acudir a procedimientos de despido colectivo cuando las causas que provocan esta crisis son coyunturales y circunstanciales, vinculadas a la excepcional situación económica derivada de la pandemia originada por la Covid-19.

La cobertura que otorgan los ERTE, tanto para empresas como para las personas trabajadoras, son suficientes para seguir eligiendo este mecanismo como el más eficaz y justo.

La pérdida de actividad e ingresos no puede considerarse definitiva, resultando razonable que se pueda recuperar a lo largo del presente año, con el proceso de vacunación masiva de la población y la reducción drástica de la afectación de la pandemia; de manera que para 2021 se prevé una recuperación sustancial del nivel productivo y económico, concretada en un crecimiento del PIB del 6-7 %, según las previsiones de la mayor parte de los organismos.

Por otro lado, la modernización o digitalización de una actividad no puede ser el argumento para la realización de despidos. Modernización o digitalización deben ser correlatos de la formación. Formación como garantía de una transición justa al empleo del futuro.

El despido colectivo no puede ser la primera opción, sino la última. No podemos autorizar suspender o retirar un ERTE y presentar un ERE. Antes se deben haber recorrido todas las alternativas de una mayor flexibilidad.